
He tenido la oportunidad de conocer de primera mano las nuevas colecciones de los diseñadores más importantes de Colombia. Esta vez, me le medí a conocer lo que se vive detrás de la pasarela, desde el backstage de Ana Lucía Bermudez, quien además de ser una hermosa amiga, es una diseñadora excepcional, que le imprime especial cuidado y calidad a cada uno de los detalles de sus prendas, esta vez, con su colección “Pink River”.

Llegué al mismo tiempo que ella, tres horas antes del desfile. A cada diseñador se le asigna un camerino, con varios colgadores altos en donde se pone cada outfit bajo el nombre de la modelo que lo llevará. Cuando entramos, se encontraba ahí Sara Prada, la diseñadora bogotana de zapatos con quien se había aliado Ana para “Pink River”, se saludaron con mucha emoción porque a pesar de esto, era la primera vez que se veían en persona, ya que todo lo habían acordado a larga distancia.

Sara no paraba de ponerle esparadrapos a las suelas de sus zapatos, lo que me resultó bastante curioso, ella me explicó que debía protegerlos porque debido al material de la pasarela, se marcaría el cuero de las suelas; así que siendo un amante de los zapatos y defensor de los tacones altos, decidí unirme a la causa y ayudarle a poner esparadrapos. Se vivía un ambiente de emoción y expectativa por lo que pasaría en la pasarela.

Pasé a la sección de maquillaje, en donde corroboré mi teoría de que no todo es tan fácil como lo imaginamos. La maquilladora principal, quien anteriormente se ha comunicado con el diseñador (para saber el tipo de ropa, gama de colores y el mensaje que se quiere transmitir) maquilla a una modelo de toda la colección, a continuación, la utiliza como ejemplo ante su ejército de maquilladores y les explica paso a paso la composición del maquillaje junto con los utensilios que deben utilizar, para que, a su vez, ellos se dispongan a producir al resto de modelos.


Luego de resolver los obstáculos de última hora con la ropa de las modelos, los productores del desfile empiezan a dirigirlas, explicándoles cómo deben caminar, posar y gesticular para el desfile. De repente comenzó todo, sin que siquiera las diseñadoras o yo pudiéramos darnos cuenta. Así que salí de los camerinos, pasé por los pabellones, entré al área del público y esperé a un costado de la pasarela mientras transcurría el desfile; cuando salieron Ana y Sara para dar las gracias al público, ingresé a la pasarela para entregarles unas lindas rosas como recompensa por todo su esfuerzo, caminé con ellas hacia los camerinos y finalmente todos celebramos el éxito del desfile con las modelos y productores.

